El paisaje, como el desarrollo, se hace sostenible cuando se recrea en el tiempo para ser transmitido generación tras generación. Y resulta insostenible cuando se consume para su extinción, sin reconocer los valores que comporta su conservación.
El paisaje, cuyo esquema cultural es indispensable para la comprensión del medio ambiente por parte del individuo, es la expresión de los valores infinitos que en él se sintetizan, de los sistemas ecológicos y sociales con los que el desarrollo sostenible tiene un estrecho vínculo y que debe respetar.
Dicho de otra forma, cuando confrontamos el paisaje con el desarrollo sostenible, el paisaje es la expresión misma de los sistemas ecológicos y sociales, con los que el desarrollo sostenible tiene una estrecha relación en la medida que el cambio o la puesta en valor en la que se materializa ha de respetar los sistemas que el paisaje representa.
El paisaje desempeña un papel importante de interés general en los campos cultural, ecológico, medioambiental y social. Constituye un recurso favorable para la actividad económica y su protección, gestión y ordenación pueden contribuir a la creación de empleo;
El paisaje contribuye a la formación de las culturas locales y es un componente fundamental del patrimonio natural y cultural, que contribuye al bienestar de los seres humanos y a la consolidación de la identidad;
El paisaje es un elemento importante de la calidad de vida de las poblaciones en todas partes: en los medios urbanos y rurales, en las zonas degradadas y de gran calidad, en espacios de reconocida belleza excepcional y en los más cotidianos.
Desde esta perspectiva, el término paisaje cultural es una cualificación que define la forma y el uso social de una porción del espacio terrestre, que enriquece la acepción del término territorio que hace prevalecer los aspectos funcionales-productivos y político-jurisdiccionales, y la de ambiente, donde prevalecen los aspectos ecológicos. El paisaje cultural sustentable aparece entonces como el resultado de modificaciones del ambiente operadas en función del uso social de los recursos del territorio.
En función de su mayor o menor valor comunicativo y del mayor o menor interés formal, podríamos igualmente clasificar diferentes paisajes culturales. Así, salvando las lógicas excepciones, generalmente incluiríamos, entre los de mayor valor comunicativo y formal, los ambientes recreados, los vestigios o ruinas. Con alto valor comunicativo, de menor valor formal, estarían los festivales históricos y las escenificaciones. Y, finalmente, con menor valor comunicativo y formal, encontraríamos los museos y las exhibiciones convencionales.
Sin embargo, el reconocimiento de diversas tipologías de paisajes culturales podría establecerse igualmente atendiendo a la extensión y forma de los mismos, o al origen de los recursos.
Si prestamos atención al tipo de recursos, habríamos de distinguir en primer lugar los basados en los naturales de los culturales y, dentro de estos segundos, los efímeros de los construidos...
Atendiendo al tipo de paisaje que cada recurso ha creado, el panorama nos muestra que han sido proyectados parques agrícolas, industriales, mineros, arqueológicos, ecomuseos, carreteras o canales históricos, o han sido recreados escenarios bélicos y paisajes de canteras...
Para el desarrollo de este textos se ha tenido como referencia el trabajo.
Paisajes culturales. El patrimonio como recurso básico para un nuevo modelo de desarrollo1
Joaquín Sabaté Bel
El paisaje, cuyo esquema cultural es indispensable para la comprensión del medio ambiente por parte del individuo, es la expresión de los valores infinitos que en él se sintetizan, de los sistemas ecológicos y sociales con los que el desarrollo sostenible tiene un estrecho vínculo y que debe respetar.
Dicho de otra forma, cuando confrontamos el paisaje con el desarrollo sostenible, el paisaje es la expresión misma de los sistemas ecológicos y sociales, con los que el desarrollo sostenible tiene una estrecha relación en la medida que el cambio o la puesta en valor en la que se materializa ha de respetar los sistemas que el paisaje representa.
El paisaje desempeña un papel importante de interés general en los campos cultural, ecológico, medioambiental y social. Constituye un recurso favorable para la actividad económica y su protección, gestión y ordenación pueden contribuir a la creación de empleo;
El paisaje contribuye a la formación de las culturas locales y es un componente fundamental del patrimonio natural y cultural, que contribuye al bienestar de los seres humanos y a la consolidación de la identidad;
El paisaje es un elemento importante de la calidad de vida de las poblaciones en todas partes: en los medios urbanos y rurales, en las zonas degradadas y de gran calidad, en espacios de reconocida belleza excepcional y en los más cotidianos.
Desde esta perspectiva, el término paisaje cultural es una cualificación que define la forma y el uso social de una porción del espacio terrestre, que enriquece la acepción del término territorio que hace prevalecer los aspectos funcionales-productivos y político-jurisdiccionales, y la de ambiente, donde prevalecen los aspectos ecológicos. El paisaje cultural sustentable aparece entonces como el resultado de modificaciones del ambiente operadas en función del uso social de los recursos del territorio.
En función de su mayor o menor valor comunicativo y del mayor o menor interés formal, podríamos igualmente clasificar diferentes paisajes culturales. Así, salvando las lógicas excepciones, generalmente incluiríamos, entre los de mayor valor comunicativo y formal, los ambientes recreados, los vestigios o ruinas. Con alto valor comunicativo, de menor valor formal, estarían los festivales históricos y las escenificaciones. Y, finalmente, con menor valor comunicativo y formal, encontraríamos los museos y las exhibiciones convencionales.
Sin embargo, el reconocimiento de diversas tipologías de paisajes culturales podría establecerse igualmente atendiendo a la extensión y forma de los mismos, o al origen de los recursos.
Si prestamos atención al tipo de recursos, habríamos de distinguir en primer lugar los basados en los naturales de los culturales y, dentro de estos segundos, los efímeros de los construidos...
Atendiendo al tipo de paisaje que cada recurso ha creado, el panorama nos muestra que han sido proyectados parques agrícolas, industriales, mineros, arqueológicos, ecomuseos, carreteras o canales históricos, o han sido recreados escenarios bélicos y paisajes de canteras...
Para el desarrollo de este textos se ha tenido como referencia el trabajo.
Paisajes culturales. El patrimonio como recurso básico para un nuevo modelo de desarrollo1
Joaquín Sabaté Bel